Enfermedad degenerativa de disco
Los discos intervertebrales actúan como almohadillas rellenas con gel entre los huesos o las vértebras de la columna. Estos discos funcionan como amortiguadores. Con el tiempo, los discos pueden dañarse. Esto se denomina enfermedad degenerativa de disco.

Esta afección puede afectar el cuello o la espalda. Representa una de las causas más comunes de dolor en la parte baja de la espalda. El dolor suele permanecer localizado en la parte baja de la espalda o en el cuello. Los espasmos musculares son comunes y aumentan el dolor.
La degeneración de disco forma parte del proceso natural de envejecimiento. Pero no siempre es doloroso. También puede ocurrir como consecuencia de lesiones menores que se repiten a causa de actividades diarias, deportes o accidentes. También puede ser hereditario. Este trastorno puede producir artrosis de la columna vertebral. El dolor de espalda relacionado con la enfermedad de disco puede aparecer y desaparecer de forma periódica. También puede tornarse crónico y durar meses o años. El disco puede sobresalir o romperse. A esto se lo denomina disco deslizado o disco herniado. Esta afección puede ejercer presión sobre un nervio cercano y causar dolor de cuello o de espalda que se extiende hasta un brazo o una pierna.
Las radiografías, las tomografías computarizadas y las imágenes por resonancia magnética pueden ayudar a establecer el diagnóstico de esta afección. Para el dolor agudo, el tratamiento consiste en medicamentos antiinflamatorios, relajantes musculares, reposo y aplicación de hielo o de calor. Pueden ser necesarios analgésicos recetados, llamados medicamentos opiáceos, para un tratamiento a corto plazo en caso de que se produzca un empeoramiento repentino del dolor. Los medicamentos opiáceos pueden crear adicción. Por lo tanto, no se recomienda su administración para el tratamiento a largo plazo. En consecuencia, se prefieren los tipos de medicamentos que no causan adicción. No suele recomendarse cirugía para tratar esta afección, a menos que haya complicaciones.
Cuidados en el hogar
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Para el dolor de cuello: use una almohada cómoda que sostenga la cabeza y mantenga la columna en una posición neutral. La cabeza no debe estar inclinada hacia adelante ni hacia atrás.
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Para el dolor de espalda: no permanezca sentado por períodos prolongados. Esto causa más tensión en la parte inferior de la espalda que estar de pie o caminando. Establecer un programa regular de ejercicios para fortalecer los músculos que dan soporte a la columna vertebral lo ayudará a vivir con la enfermedad degenerativa de disco.
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Coloque una compresa de hielo sobre la zona lesionada durante no más de 15 o 20 minutos. Haga esto cada 3 o 6 horas durante las primeras 24 a 48 horas. Para hacer una compresa de hielo, coloque cubitos de hielo en una bolsa plástica y ciérrela arriba. Envuelva la bolsa en una toalla o un paño limpio y fino. Nunca aplique hielo o una compresa de hielo directamente sobre la piel. Siga utilizando las bolsas de hielo para calmar el dolor y la hinchazón según sea necesario. Después de 48 horas, aplique calor durante 20 minutos (ya sea mediante una ducha o un baño caliente), varias veces al día o alterne la aplicación de frío y calor.
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Puede usar analgésicos de venta libre para controlar el dolor, a menos que le hayan recetado otro medicamento. Si tiene una enfermedad hepática o renal crónica, o ha tenido alguna vez una úlcera estomacal o un sangrado gastrointestinal, consulte con su proveedor antes de tomar estos medicamentos.
Visita de seguimiento
Realice el seguimiento con su proveedor de atención médica según lo indicado.
Si le hicieron radiografías, tomografías computarizadas o resonancias magnéticas, le informarán los nuevos hallazgos que puedan afectar la atención médica que necesita.
Cuándo buscar atención médica
Llame a su proveedor de atención médica de inmediato ante cualquiera de los siguientes casos:
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Dolor que empeora en la espalda o en el cuello
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Pie caído, una afección en la que arrastra el pie al caminar
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Una nueva debilidad, entumecimiento o dolor en uno o ambos brazos o piernas
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Pérdida de control del intestino o de la vejiga
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Entumecimiento u hormigueo en las nalgas o en la zona de la ingle